En el artículo de hoy plasmamos una realidad, y es que son muchos los hombres que a día de hoy no saben llevar traje. Pero vamos a ver el lado positivo de las cosas, el vaso medio lleno para posicionarnos en la realidad desde otro punto de vista. Vamos a ello, son muchos los hombres que sí que saben llevar un traje, no hablamos de una especie en peligro de extinción, hablamos de hombres que mantienen ese halo de misterio, atractivo y muy personal que deja una estela a su paso por llevar el traje como su segunda piel.
Podríamos hacer una distinción entre los hombres que llevan el traje y entre aquellos a los que el traje les lleva. La sociedad masculina ha sufrido una fractura condicionada por el estilo y el saber estar. Es muy sencillo detectar cuándo un hombre sabe llevar un traje. Y es que si la primera impresión es la cuenta, en cuestión de trajes es determinante esta afirmación, con sólo un vistazo sabemos identificar si un hombre sabe o no sabe llevar el traje. Hace años, los hombres habitualmente vestían de traje y sabían llevarlo, sus movimientos, su actitud, denotaban una naturalidad aplastante. Ahora, en cambio, dado que existen muchas prendas de ropa sustitutivas al traje, en el escaparate social podemos ver todo, tanto bueno como malo.
Son dos los condicionantes que separan la delgada línea entre llevar un traje o que el traje te lleve. Por un lado, el estilo, y por otro lado, la actitud. Con estilo, se nace y se hace. Uno puede tener un estilo innato, toda una virtud la verdad se ha dicha, o se puede aprender a tener estilo, el propio estilo. Para ello, hay que dejarse asesorar por profesionales de la moda que aconsejen sobre lo que sienta y no sienta bien en función de la fisionomía, las tendencias actuales y las normas básicas a tener en cuenta a la hora de llevar un traje. Esto es, que la cintura esté en su sitio, el largo sea el adecuado sin arrastrar, que esté ajustado al zapato, que las hombreras queden en su sitio y no leviten fuera de nuestro cuerpo…Por otro lado, y en lo que respecta a la actitud, digamos que la actitud es la compañía perfecta del estilo, son el binomio que todo hombre de llevar y tener cuando lleva un traje. La actitud debe ser natural, con movimientos que fluyen.
Y es que cuando hablamos de actitud nos referimos a que el hombre debe llevar el traje de forma orgánica, y esto no reside en estar más o menos acostumbrado a él. Se trata de una cuestión de actitud frente al traje, frente a la vida. Es como entrar a la oficina o a un restaurante gritando un: ¡aquí estoy yo! Ésa, sin ninguna duda, es la actitud de traje.
Dicho esto concluimos con un mensaje positivo, tú también puedes saber llevar un traje, todos podemos llevarlo bien, incluso muy bien. Para ello, sólo debes dejarte aconsejar y fluir con tu traje. Para esto y mucho más, te esperamos en Neu.
Son dos los condicionantes que separan la delgada línea entre llevar un traje o que el traje te lleve. Por un lado, el estilo, y por otro lado, la actitud. Con estilo, se nace y se hace. Uno puede tener un estilo innato, toda una virtud la verdad se ha dicha, o se puede aprender a tener estilo, el propio estilo. Para ello, hay que dejarse asesorar por profesionales de la moda que aconsejen sobre lo que sienta y no sienta bien en función de la fisionomía, las tendencias actuales y las normas básicas a tener en cuenta a la hora de llevar un traje. Esto es, que la cintura esté en su sitio, el largo sea el adecuado sin arrastrar, que esté ajustado al zapato, que las hombreras queden en su sitio y no leviten fuera de nuestro cuerpo…Por otro lado, y en lo que respecta a la actitud, digamos que la actitud es la compañía perfecta del estilo, son el binomio que todo hombre de llevar y tener cuando lleva un traje. La actitud debe ser natural, con movimientos que fluyen.
Y es que cuando hablamos de actitud nos referimos a que el hombre debe llevar el traje de forma orgánica, y esto no reside en estar más o menos acostumbrado a él. Se trata de una cuestión de actitud frente al traje, frente a la vida. Es como entrar a la oficina o a un restaurante gritando un: ¡aquí estoy yo! Ésa, sin ninguna duda, es la actitud de traje.
Dicho esto concluimos con un mensaje positivo, tú también puedes saber llevar un traje, todos podemos llevarlo bien, incluso muy bien. Para ello, sólo debes dejarte aconsejar y fluir con tu traje. Para esto y mucho más, te esperamos en Neu.