En Neu creemos que un traje es una inversión para presente y futuro siempre y cuando se ajuste a la moda así como a nuestros cambios corporales.
Así pues, larga vida, pero sin pasarnos. Y es que no hay nada más poco estético que un traje deteriorado por el tiempo, pasado de moda o que no corresponda con la talla de la percha, el hombre en cuestión.
Dicho esto y contando con tu sentido común y estético, te ofrecemos unos consejos con los que tu traje conservará la elegancia de cuando lo compraste. Para ello, como verás, es necesario realizar una serie de sencillos cuidados que te garantizarán el buen estado de tus prendas.
_ Después de una boda o acontecimiento, no trates de limpiar el traje en casa, no es buena idea. Lo barato, sale caro.
_ Olvídate de la lavadora. Un traje nunca se debe lavar en la lavadora. Son prendas delicadas que requieren de un tratamiento especial y no es precisamente el de dar vueltas y vueltas en una máquina. Corres el riesgo de destrozarlo, haznos caso.
_ Y si no te recomendamos la lavadora, es evidente que la secadora es otro enemigo del traje, pero en este caso, un enemigo mortal.
_ Pasados unos días para que el traje recure cuerpo y se asiente, es el momento de ponerse manos a la obra, llévalo a la tintorería y en caso de tener manchas debemos revísalas con la persona encargada de la limpieza.
_ Una vez limpio y con el fin de conservarlo en buen estado, introduce el traje en una funda pero no de plástico, así, lo proteges del polvo y de las polillas.
Por último y no menos importante, en caso de llevar tu traje una larga temporada en el armario, por muy limpio que lo dejases cuando lo colgaste, amigo, deberías revisar que esté perfecto, sin manchas, y uno o días antes del evento en cuestión airearlo bien en un lugar abierto para quitarle cualquier olor a cerrado.

Dicho esto y contando con tu sentido común y estético, te ofrecemos unos consejos con los que tu traje conservará la elegancia de cuando lo compraste. Para ello, como verás, es necesario realizar una serie de sencillos cuidados que te garantizarán el buen estado de tus prendas.
_ Después de una boda o acontecimiento, no trates de limpiar el traje en casa, no es buena idea. Lo barato, sale caro.
_ Olvídate de la lavadora. Un traje nunca se debe lavar en la lavadora. Son prendas delicadas que requieren de un tratamiento especial y no es precisamente el de dar vueltas y vueltas en una máquina. Corres el riesgo de destrozarlo, haznos caso.
_ Y si no te recomendamos la lavadora, es evidente que la secadora es otro enemigo del traje, pero en este caso, un enemigo mortal.
_ Pasados unos días para que el traje recure cuerpo y se asiente, es el momento de ponerse manos a la obra, llévalo a la tintorería y en caso de tener manchas debemos revísalas con la persona encargada de la limpieza.
_ Una vez limpio y con el fin de conservarlo en buen estado, introduce el traje en una funda pero no de plástico, así, lo proteges del polvo y de las polillas.

Por último y no menos importante, en caso de llevar tu traje una larga temporada en el armario, por muy limpio que lo dejases cuando lo colgaste, amigo, deberías revisar que esté perfecto, sin manchas, y uno o días antes del evento en cuestión airearlo bien en un lugar abierto para quitarle cualquier olor a cerrado.