Siempre que pensamos en una boda inevitablemente nos viene a la cabeza la figura de la novia como protagonista absoluta, pero, ¿qué pasa con el novio? El acompañante, el protagonista olvidado, el que siempre está pendiente de la novia, ese es el novio, aquel para el que el día de su boda también es un día importante, y está nervioso, a veces incluso con los típicos miedos prenupciales. Sí, en Neu reivindicamos la figura del novio como protagonista del que será uno de los días más importantes e inolvidables de su vida.
Y es que el novio al igual que la novia quiere que el día de la boda todo salga bien, a pesar de que en algunos casos delegue en la novia ciertas decisiones eso no significa que no esté implicado en la gran celebración. De ahí que sea importante que el día de la boda cada uno tenga su lugar.
Dicho esto, vamos a lo realmente importante en una boda, además de la comida por supuesto, el vestuario. Si de algo se habla en las bodas es del vestuario, primero, por supuesto, del vestido de la novia, y después, del traje del novio. Nosotros nos centraremos en el protagonista, en el novio, que es a quién le dedicamos este artículo.
La elección del traje, generalmente, viene determinada por el tipo de celebración que se vaya a realizar. Al igual que sucede con la novia, el novio no debe sentirse disfrazado ya que no se sentirá cómodo y se verá mal delante del espejo. Como no queremos que esto suceda, siempre tienes que tener en cuenta tu estilo personal, con o sin traje tú tienes una personalidad que se ha de reflejar también el día de tu boda, ahí reside el secreto del éxito. Reflexiona sobre lo que quieres llevar, color, tipo de traje, zapatos…y haz pruebas, baraja varias opciones hasta sentirte el gran protagonista.
Algo fundamental, una regla de oro es no experimentar el día de la boda, sé fiel a ti mismo, el de siempre pero más elegante, las sorpresas con tu vestuario o con un nuevo corte de pelo pueden resultar muy arriesgadas, es mejor, que los experimentos los dejes para otro momento.
Fiel a tu estilo, con un traje adecuado para la ocasión, incluso con algún guiño al vestido de la novia, sin sorpresas ni experimentos y con los nervios justos, la boda es para disfrutar, es un momento de celebración con tu pareja, amigos y familiares. Recuerda estos consejos y disfruta: Protagonista.
Dicho esto, vamos a lo realmente importante en una boda, además de la comida por supuesto, el vestuario. Si de algo se habla en las bodas es del vestuario, primero, por supuesto, del vestido de la novia, y después, del traje del novio. Nosotros nos centraremos en el protagonista, en el novio, que es a quién le dedicamos este artículo.
La elección del traje, generalmente, viene determinada por el tipo de celebración que se vaya a realizar. Al igual que sucede con la novia, el novio no debe sentirse disfrazado ya que no se sentirá cómodo y se verá mal delante del espejo. Como no queremos que esto suceda, siempre tienes que tener en cuenta tu estilo personal, con o sin traje tú tienes una personalidad que se ha de reflejar también el día de tu boda, ahí reside el secreto del éxito. Reflexiona sobre lo que quieres llevar, color, tipo de traje, zapatos…y haz pruebas, baraja varias opciones hasta sentirte el gran protagonista.
Algo fundamental, una regla de oro es no experimentar el día de la boda, sé fiel a ti mismo, el de siempre pero más elegante, las sorpresas con tu vestuario o con un nuevo corte de pelo pueden resultar muy arriesgadas, es mejor, que los experimentos los dejes para otro momento.
Fiel a tu estilo, con un traje adecuado para la ocasión, incluso con algún guiño al vestido de la novia, sin sorpresas ni experimentos y con los nervios justos, la boda es para disfrutar, es un momento de celebración con tu pareja, amigos y familiares. Recuerda estos consejos y disfruta: Protagonista.